Desde al año 2000, constatamos una demanda creciente de estudiantes que deseaban partir como voluntarios en ONGD que trabajan en diversos proyectos de desarrollo en el ámbito latinoamericano. En ese contexto, iniciamos el estudio de las posibilidades de conectar estos intereses con la realización del Practicum II de la titulación de Educación Social. Se trata de un practicum largo (4-5 meses) cuya duración podía prologarse y que planteaba la intervención de los estudiantes en las diversas etapas de un proyecto socioeducativo, desde su planteamiento a su evaluación pasando lógicamente por su implementación.
Fue en curso 2003-2004, tras unas Jornadas tituladas La Educación para el cambio social realizadas en colaboración con varias ONG que desarrollan proyectos de Cooperación en América Latina, cuando el Proyecto Específico de Movilidad en de las titulaciones de Educación de la Facultad.
El Programa se inscribe en los Programas de Movilidad de estudiantes de la Universidad, y se gestiona en paralelo a los programas Erasmus y Sicue. Como éstos, el Programa permite que un o una estudiante de las titulaciones de Educación realice un semestre en otra Universidad, en este caso, una Universidad de América Latina, con el doble objetivo de conocer e integrarse en el ambiente universitario, y desarrollar su práctica en el contexto de un Proyecto de Cooperación al Desarrollo.
Para ello, contamos ya con una red de diez universidades, en nueve países diferentes, que permiten a 25 estudiantes desarrollar proyectos de cooperación en diferentes ámbitos socioeducativos.
El Proyecto permite unas oportunidades de aprendizaje privilegiadas, que contribuyen de una forma especial a la formación de los estudiantes que participan en el mismo, como profesionales de la educación y como ciudadanos. La preparación del viaje y la estancia, la exploración y la integración en el contexto de acogida, la participación en la dinámica universitaria de destino, la vinculación con el proyecto socioeducativo donde intervienen, la despedida, y la gestión del retorno son hitos de la experiencia que ayudan a crecer, a conocerse a uno mismo, a profundizar en el propio yo profesional y social. Son, finalmente, oportunidades para descubrir otra forma de acercarse al mundo y, en muchos casos, para comprobar que, realmente, otro mundo es posible, y que para ello exige el compromiso de todos y todas.