SenentHace algún tiempo, alguien dijo de mí que era como un vagabundo pedagógico, que iba de un lado a otro con mi zurrón medio lleno, medio vacío,  por Europa y por América Latina, aprendiendo y enseñando, y especialmente compartiendo angustias, alegrías fracasos y éxitos en el mundo educativo y abriendo caminos por los que luego pasarían otros. Creo que en buena parte es así, pues en los últimos treinta y cinco años en Europa, y en los últimos veinte en América Latina he estado metido en muchos proyectos y aventuras pedagógicas donde la clave fundamental ha sido el encuentro con personas que deseaban aprender y enseñar.

Quizás en Europa, el amparo de “lo institucional”, mucho más desarrollado me ha cobijado de alguna manera y ha hecho resaltar las experiencias pedagógicas que durante estos últimos veinte años he vivido por todos los países latinoamericanos desde Chiapas a Chiloé o Tierra de Fuego. Mi propio instinto me ha hecho huir de las grandes ciudades para preferir el campo, la montaña, los pueblos y pequeñas ciudades. Mucha gente se extraña cuando les digo que no conozco Ciudad de Méjico, Buenos Aires, Bogotá o Santiago de Chile. He pasado por ellas, claro e incluso he vivido algunos días, pero no las conozco. Su inmensidad se me escapa y siempre me ha dificultado el encuentro humano y el encuentro educativo.

UVA10347_hA lo largo de esos encuentros donde fundamentalmente he trabajado con maestros y con educadores, he conocido la realidad, la potencia, las miserias y las posibilidades de la educación y de la escuela y he descubierto los tres grandes retos a los que se enfrenta en América Latina:

  • El reto de la diversidad. Ya no solo cuando hablamos de América Latina, sino cuando hablamos de un país, Argentina, Brasil, Méjico,… que a menudo son vistos desde Europa como un espacio homogéneo sin percatarse de que hay mayor diversidad entre una escuelita de los Andes y otra porteña que entre una de b) Buenos Aires y otras de Madrid o Palencia. ¿cómo podrá esa educación nacional de cada país abarcar esa tremenda diversidad? Lenguas, etnias, formas de vida, relación con el medio, concepción de la persona,  todo ello diferente frente a una educación que se quiere homogénea ¿¿??
  • El reto de la desigualdad: donde las distancias entre los pobres y los menos pobres, – no ya los ricos que están en otro planeta-, son cada vez más grandes, ¿cómo conseguir que la educación sea un instrumento de transformación social que garantice una mayor equidad en esas sociedades?
  • El reto de la eficacia, porque la educación no transformará nada, no acercará la persona a la cultura, no será un instrumento de transmisión de valores y tradiciones si no consigue una eficacia en su acción educativa y mucho tiene que decir el profesorado, los recursos y los medios con los que cuenta.

Mis experiencias durante estos años me sirven para compartir algunas reflexiones sobre cómo he visto que se responde a estos retos y en qué medida la cooperación puede jugar un papel en esas respuestas.

Estos y otros asuntos son los abordados, a través del cine, en la conferencia titulada «Vagabundo pedagógico en América Latina: la educación ante los retos de la diversidad, la desigualdad y la eficacia», impartida por Joan María Senent, de la Universitat de València (España), desarrollada el día 15 de enero de 2014 en el Salón de Actos de la Facultad de Educación de Palencia (Universidad de Valladolid), enmarcada en el III Seminario de Pedagogía de Ágora de Educación (octubre de 2013 – mayo de 2014), que lleva por lema Democracia, desarrollo y educación.